domingo, 2 de marzo de 2014

Si no vivimos para servir, no servimos para vivir.

      Este fin de semana, he tenido la oportunidad de ir a mi pastoral, a la parroquia de San Andrés Itzapa.

     Gracias a Dios todo me fue de maravilla, pero como es de esperar, los frutos y las lecciones que está pastoral me ha dejado en esta ocasión  ha sido EL SERVICIO. 

     Contemplar a muchas personas que se ven involucradas en las actividades parroquiales es definitivamente una gran lección.

     A todo esto me ponía a pensar,  como es de importante el servicio, ese servicio que se hace desinteresadamente y sin esperar nada a cambio.

     Servir a los demás nos ayuda a ser mejores. Practicando la caridad enriquecemos nuestra alma y lógicamente agradamos a Dios.

     Reflexionemos sobre el servicio y ahora que estamos a las puertas de la cuaresma éste podría ser nuestro propósito cuaresmal: servir!

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