Cuando se iniciaba la cuaresma, lo hacíamos con un propósito cuaresmal.
¿Cómo va ese propósito?
¿Sera que ya se te olvido?
Pues ya avanzados en éste camino cuaresmal, debemos retomar nuestros propósitos y pulirlos, no debemos cansarnos de luchar.
La cuaresma nis debe mover a una verdadera conversión.
Pues no te sirve de nada solo asistir a los ejercicios que la cuaresma nos presenta, sino haces el mínimo esfuerzo por mejorar en tu vida interior.
La cuaresma nos propone cono acto de fe público, las procesiones, pero no sirve de nada que andes ahí caminado y cansándote, sino cambia algo en tu vida.
Inicia con cosas pequeñas y prácticas, como por ejemplo, ayudar a alguien que necesite algo, sonreír a tu enemigo, dejar de hablar mal de los demás, entre otros muchos.
Así que ya ves que no es de hacer cosas del otro mundo, es de hacer cosas simples, pero que ayudan y alimentan tu alma.
Procura pues buscar una verdadera conversión en esta cuaresma.
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