martes, 7 de agosto de 2018

Jesús camina sobre las aguas

Nos encontramos hoy ante la escena maravillosa de Jesús que camina sobre las aguas.

Es un momento en el que podemos reflexionar sobre la omnipotencia de Jesús sobre todas las cosas creadas; es decir, con ello Jesús se manifiesta como el dueño de la creación puesto que es capaz de hacer cosas que ningúna otra persona logra hacer.

Descubrimos así que Jesús es el Señor que gobierna todo lo creado.
En seguida nos encontramos ante la primer problemática. Y es precisamente la de Pedro, que al ver al Señor le dice: mandame ir a ti caminando sobre las aguas.

Muchas veces nosotros también le pedimos al Señor que haga grandes cosas en nuestras vidas y el problema radica justamente cuando estas cosas que le pedimos al señor son para comprobar su poder.

Es asi que ante esto Pedro Camina sobre el agua pero al sentir la fuerza del viento y las olas moviéndose e  sus pies, sintió miedo y dudo y lógicamente empezó a hundirse.

Con esto podemos preguntarnos nosotros sobre  los temores de nuestra vida, que  nos hacen dudar del Señor, ya sean problemas laborales, familiares o personales que vienen a ser como aquel viento huracanado que nos hunde en el pecado.

Pero luego viene la solución y es justamente  la suplica de Pedro ¡Maestro ayudame! Cuando sintamos que ya no podemos más, cuando veamos que nuestras fuerzas no dan a más  acudamos con toda confianza al Señor y él nos ayudará, como ayudo a Pedro. Le tendio la mano y lo levanto.

Pero el Señor nos dice hoy también a nosotros a manera de reclamo: ¿por qué dudas?. Y estas palabras son duras para nosotros puesto que si el señor está con nosotros ¿por qué dudamos?  No hay que dudar. Por eso pidamos al Señor que nos aumente la fe y la confianza para cumplir siempre y en todo momento la voluntad de Dios.

lunes, 30 de julio de 2018

¿Qué es la conversión? I parte


¿Qué es la conversión? I parte

·        Oración inicial
Señor Jesús, estamos ante ti, pidiéndote que nos ayudes a ser cada día mejores hijos, mejores hermanos, mejores cristianos, a dejar nuestra condición de pecadores, para adentrarnos al misterio maravilloso de tu amor y alcanzar así finalmente nuestra propia conversión; hoy nosotros como hermanos queremos dirigirnos a ti como el salmista implorando tu misericordia: Oh Dios crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme, no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu, devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso, enseñare a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
Gloria al padre y al Hijo y al Espíritu Santo…

¿En qué consiste la conversión?

En muchas ocasiones hemos escuchado sobre el tema de la conversión, es más, a cada momento se nos dice y se nos recuerda que hay que convertirnos, pero ¿qué es eso?, ¿Por qué hay que convertirnos’ ¿en qué consiste la conversión?, ¿Qué es la conversión?

·        ¿Qué nos dice la palabra de Dios?
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él.» Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?» Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.»
(Juan, 3, 1-22)

·        Luego de la lectura de la palabra de Dios, meditemos un momento sobre el texto proclamado, haciendo algunos comentarios, luego podemos guiarnos de las siguientes preguntas:
1.      ¿Qué tiene que ver el texto leído con el tema de la conversión?
2.      ¿En qué consiste el nacer de nuevo?
3.      Cuando Jesús dice: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios, ¿qué quiere decir con ello?

¿Qué es la conversión?

Iniciemos definiendo el significado coloquial de conversión: convertir es "hacer que alguien o algo se trasforme en algo distinto de lo que era". Teniendo esto como base, podemos decir que la conversión es CAMBIAR, dejar de ser algo que remaos para pasar a ser algo diferente. En el sentido cristiano la conversión es: Conversión es la vuelta al Padre del que se había alejado por el pecado. También se aplica a los que descubren y entran en la Iglesia Católica. Pero además de ello, podemos decir que la conversión es también un cambio de vida, como fruto de un encuentro con Jesucristo que nos lleva a ver la vida centrada en El y ordenada en la moral. Es así que la conversión es una gracia de Dios otorgada por los méritos de la redención de Cristo que murió en la cruz para reconciliarnos con el Padre. La conversión es esencial para ser discípulos de Cristo y salvarnos.

Ahora que nos hemos adentrado en el tema de la conversión, es necesario que nosotros que somos parte de pastoral juvenil, nos examinemos sobre nuestro avance en la conversión, teniendo presente que es un cambio de vida, por lo que debemos luchar día con día en esforzarnos de no volver a nuestras prácticas de vida que no van conforme a nuestra fe.

Ahora bien, a la luz de la palabra de Dios que meditamos hace un momento, veamos nuestra vida frente a este texto, puesto que nosotros siendo jóvenes católicos estamos llamados a ser santos, esto implica un estilo de vida diferente y es ahí donde entra en juego la conversión, ya que no podemos ser santos siendo los mismos, cometiendo pecados y siendo indiferentes a ellos, un joven cristiano no puede andar por la vida diciendo que cree en Dios pero viviendo como si Dios no existiera, es por ello que la conversión es el camino del cristiano que día con día va cambiando y dejando atrás las practicas que no van conforme a la fe que profesa.

·      Oración final
Ayúdanos Señor a crecer cada día en la vida cristiana, te pedimos que nos ayudes a vivir conforme a la fe que profesamos y no permitas que nunca nos alejemos de ti, te lo pedimos a ti que vives y reinas, por los siglos de los siglos.
Amen.

Un nuevo camino

Quiero iniciar hoy un nuevo camino de formación cristiana en esta ocasión dirigido a los jóvenes, aprovechando la formación permanente de Pastoral juvenil de mi Diócesis, quiero compartir estas catequesis puesto que pueden ayudar  a muchos mas jóvenes. 

El objetivo de estas es poder llevar a la juventud a una vivencia más autentica de su fe, promoviendo valores y dando algunas pautas para la práctica cotidiana de la vida cristiana, siendo así entonces estas catequesis un medio de formación valioso que nos ayuda a nuestro crecimiento espiritual. 

El itinerario formativo constará de 12 catequesis que giraran en el gran tema de la conversión, siendo así pues estas un avanzar en el camino de la fe que nos permitirá cuestionarnos sobre nuestra realidad espiritual y humana. 

viernes, 13 de abril de 2018

III Domingo de Pascua Ciclo B Domingo 15 de abril de 2018


Hemos llegado ya al tercer domingo de pascua, en el cual la liturgia de la palabra nos presenta en la primera lectura tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, como en el segundo discurso de Pedro, que se da después del de Pentecostés, nos presenta el aposto una maravillosa profesión de fe en el Resucitado, siendo este inmediatamente después de la curación extraordinaria de un cojo, alguien que está impedido y no puede caminar. Es curioso descubrir que el autor de los hechos de los Apóstoles ha puesto bastante interés en el tema de camino y en el seguimiento, y es por eso de que hoy con este relato, quisiera el autor decirnos que la resurrección de Jesús hace posible todas las imposibilidades, ya sean estas imposibilidades físicas, así como psíquicas y morales, y nos hace comprender de que estas no son impedimento alguno para seguir el camino nuevo que se estrena especialmente en la resurrección de Jesucristo el Señor.

Respecto a la segunda lectura, tomada del apóstol San Juan, al igual que en el domingo pasado, nos insiste en los mandamientos de Jesús para vencer al pecado. Debemos descubrir que la comunidad joánica se enfrentaba con el “pecado del mundo”, y por eso al Apóstol, le abruma, y pone ante sus ojos la muerte redentora de Jesús como posibilidad excepcional de la victoria sobre el mismo. Por eso hoy debe ser para nosotros ocasión mayor de fortaleza ante las tentaciones del pecado, puesto que la luz del resucitado nos ilumina y aleja de nosotros la oscuridad del mal. Esto nos invita entonces queridos hermanos a manifestar con mayor entusiasmo la fe en el señor Jesús que resucito de entre los muertos.

En el relato evangélico de hoy, descubrimos como Jesús el resucitado, es un verdadero compañero de vida, que llega siempre a la vida de las personas, llevando consigo paz y esperanza. En esta ocasión en la aparición a los discípulos llega mostrando las llagas de sus manos, sus pies y su costado roto para indicar que Dios ha resucitado a un crucificado, que padeció por nosotros para darnos salvación, es por ello que Jesús al mostrarse con las huellas de la pasión, quiere hacer entender que no hay que olvidar que el lado oscuro de la vida, que es: la debilidad, la cobardía, la timidez, el pecado, tiene futuro, tiene salidas hacia la plenitud y que más allá de todo esto malo y oscuro hay vida, hay resurrección.

Hoy queridos hermanos, el Señor nos sigue dando esperanza y sigue resucitando a los crucificados por su pobreza, por su pecado; Dios que resucito a Jesucristo de entre los muertos, es un Padre solidarizado con las víctimas, con los perseguidos, con los juzgados, con los maltratados, y oprimidos por la sociedad, que no tienen otro defensor y que no interesan para a sociedad.

Por eso hoy descubrimos que Jesucristo el resucitado libera de la muerte a los más desdichados y vulnerables y hace justicia a los oprimidos, pues la última palabra no la tienen ni el verdugo, ni la violencia, sino el amor, es decir Dios. es así que nuestra fe se debe ver mas fortalecida ahora, pues el Señor que resucito de entre los muertos camina con nosotros y nos anima a dar testimonio de Él en este mundo, en nuestras realidades concretas, en nuestra casa, en nuestro trabajo; en donde estemos siendo cristianos testigos del amor de Dios.

Hoy Cristo, al igual que en la escena evangélica de este domingo, que comió, no se desentiende del camino humano, ni lo abandona, sigue apostando por él. Así comparte la necesidad del alimento, comiendo lo que ellos le ofrecen y tienen, siendo cercano y compasivo, dando fortaleza y esperanza.

Es así pues queridos hermanos de que ahora que vivimos y celebramos la pascua, la resurrección del Señor, debemos apuntar a la vivencia plena de la fe en Jesucristo resucitado, por eso hoy es el tiempo oportuno para dar testimonio de cómo vive Jesús dentro de nosotros, puesto que somos cristianos, un testimonio que sea vivo, realista, sincero y autentico, no un testimonio de lo que sabemos de Él teóricamente sino en la vivencia diaria de la fe. Por eso queridos hermanos, hoy es tiempo de ser maestros de vida, testigos de esperanza y testigos del valor de lo humano. Nuestra vocación es pues hermanos vivir la resurrección de nuestro Señor Jesucristo en nuestra propia humanidad, en nuestra debilidad, construyendo fraternidad, solidaridad y acompañamiento como Jesús lo hizo desde la cruz.

Por eso debemos procurar vivir con alegría nuestra condición de cristianos buscado siempre lo bueno y lo justo, para alcanzar la santidad. El papa Fráncico nos invita ahora con esta nueva exhortación apostólica Gaudate et Exultate, a vivir desde lo cotidiano nuestra condición de cristianos para alcanzar la santidad, siendo testigos del resucitado. Por ello el papa nos dirá:

Para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas veces tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la oración. No es así. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra. ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales.
(EXHORTACIÓN APOSTÓLICA, GAUDETE ET EXSULTATE)

No nos cansemos pues queridos hermanos de buscar siempre al Señor Resucitado para que nuestra vida sea una vivencia plena del amor de Dios, que se manifiesta en los actos sinceros de cercanía, bondad y misericordia y así logremos alcanzar con la gracia de Dios la santidad de nuestras vidas desde nuestras realidades concretas, siendo hombres y mujeres de bien para nuestra sociedad.

¡Alabado sea Jesucristo!
¡Por siempre sea alabado!


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miércoles, 11 de abril de 2018

Una vida feliz


·        Al iniciar debemos preguntarnos que nos hace felices…

Para muchos la felicidad es el dinero, los carros, las cosas materiales; para otros la alegría es estar con su familia, con sus amigos, y para muchos la alegría es gozar de Dios. Hoy nosotros como cristianos debemos cuestionarnos sobre en que nos hemos esforzado mas para ser felices. Y debemos orientar nuestras vidas al Señor, ya que solo en Él nuestras vidas serán verdaderamente felices. Y que Jesucristo le da sentido a nuestras vidas, solo Jesús nos muestra la auténtica felicidad que consiste en estar y gozar de Él.

La lógica de Cristo no es nuestra lógica, ya que Jesús nos invita a una felicidad que no la da este mundo, la felicidad de Jesucristo consiste en dar y no en recibir, algo que sale de la lógica humana puesto que normalmente nos gusta más recibir que dar. Pero hoy Jesús nos invita a esta vivencia autentica de la felicidad. Dejemos que sea el mismo Jesús quien nos diga que es la felicidad:

·        Texto Bíblico
«En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: “Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
(Mateo 5,1-12)

·       
El evangelista Mateo nos presenta este discurso maravillo de Jesús en el cual nos plantea en el Sermón de la montaña una verdadera revolución. Pero no de armas ni de ideologías, sino que es una revolución que cala hasta lo más profundo del corazón humano, puesto que nos habla de la felicidad autentica, este mensaje de Jesús contradice la misa lógica huna puesto que se va por otro lado a lo acostumbrado y el choque que genera es con otro reino. Es el reino de los cielos que se levanta frente al reino del príncipe de este mundo, puesto que cada reino ha generado una civilización en nuestro mundo. Y, aunque quizá no sea tan visible, existen y están radicalmente enfrentadas. No tienen territorios ni fronteras visibles. Lo que está en disputa es el corazón humano.

Por eso queridos hermanos y hermanas reflexionar sobre el Sermón de la montaña nos ofrece entre muchas cosas la oportunidad de revisar nuestra identidad como cristianos. Por eso hoy debemos hacernos esta interesante pregunta: ¿Somos de Jesús? ¿Somos verdaderamente ciudadanos de su reino?  Si nuestras respuestas son positivas estamos viviendo verdaderamente una vida feliz ya que solo en Jesucristo nuestra vida es plena y feliz, solo Jesús nos da la auténtica alegría y solo Jesús nos hace libres y la libertad siempre es alegría y felicidad.

Es por eso que hoy nosotros estamos llamados ser felices en el Señor y a trasmitir esa alegría a los demás con nuestro testimonio de vida. desde nuestras realidades concretas. no nos cansemos pues de hacer la diferencia en este mundo transformando nuestra sociedad con nuestro estilo de vida. 

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viernes, 6 de abril de 2018

La resurrección del Señor es nuestra resurrección

Ahora que celebramos la Gloriosa resurrección del Señor Jesús de entre los muertos, es ocasión propicia para que nosotros resucitemos también con Jesucristo a un estilo de vida diferente. 

La resurrección implica un cambio radical; para nosotros los cristianos debe ser una ocasión para cambiar también de vida, dejando ya en el pasado todo aquello que no es conforme a nuestra fe. Puesto que el ser cristiano implica ser como Cristo; Esto quiere decir entonces que debemos vivir como Jesucristo, amar como Jesucristo, servir a los demás como Jesucristo vino a servir y no a ser servido (Cfr. Mt 20, 28) ya que el ser cristiano implica entrega como Jesucristo se entrego. por eso ahora que celebramos con alegría la Resurrección del Señor, debemos celebrar nuestro cambio, nuestra nueva vida, esa vida nueva que nos ha dado el Señor y en la cual nos invita a la entrega generosa hacia los demás.

Es muy fácil hablar de vida cristiana solo en el plano espiritual, que es fundamental puesto que sin una vida activa en la oración, en la participación de los sacramentos, seria imposible lo demás; pero no solo ahí se queda el ser cristianos, va mas allá; llega a las realidades concretas de nuestra sociedad, llega a los rincones mas alejados de la vida humana. el ser cristiano implica tocar el rostro suficiente de Cristo en los hermanos, atendiendo sus necesidades, auxiliandolos en sus penas y angustias, llevándoles paz y consuelo, haciéndoles pasar un momento de alegría y esperanza;. esto es pues verdaderamente el ser cristianos. 
Sin una relación fraterna con los demás no puede haber autentica vida cristiana. 
Es por ello que en este tiempo en que celebramos la resurrección del Señor, debemos acrecentar nuestra vida de oración, nuestra asistencia a la celebración de los sacramentos, para poder acercarnos con alegría y generosidad a los mas necesitados, empezando en casa para llegar a todos sin distinción alguna, siendo los instrumento de Cristo resucitado que quiere llegar a todos y amar a todos. 

Que estas fiestas de pascua sean para nosotros pues un renacer, una autentica resurrección  viviendo verdaderamente como Cristianos según la voluntad del Resucitado. 

Felices pascuas de Resurrección