Amar a los demás como a mi mismo.
Esa debe ser nuestra tarea y nuestro compromiso diario. Pues amando es como somos amados, sirviendo es como somos servidos, y dando es que recibimos.
Muchos piensan que esta forma de vida (que es la correcta ) es pura resignación, abajar la cabeza, ser débiles y tontos.
Pero es todo lo contrario, es engrandecerse con Cristo, es ser en Cristo, es la plenitud de la humanidad, pues nos hiso para el.
Y no es que sea un Dios inquisidor y rígido, si no todo lo contrario, es un Dios de Amor y Bondad.
Pues bien el cristianismos es la maravilla, la buena nueva, lo tan antiguo y a la ves tan nuevo, Cristo fue, es y será siempre. No pasa, no queda obsoleto, si no que es reciente, nuevo actual.
La vida cristiana nos invita a ver a Cristo en los demás, a amarnos entre nosotros, a ser como hermanos, a que nos ayudemos, a que seamos uno, así como Cristo y Dios son uno.
¿Es qué esto no es maravilloso?, ser hermanos, que no haya envidia, que no haya guerra, que no haya odio.
¿Quien no quiere esto? Y algunos dirán que es pura ilusión, que es algo sin sentido, que es algo absurdo. Pero no es así, es real es posible, solo que nos negamos a verlo y nos dejamos ganar por la apatía hasta el punto de caer en un indiferentismo.
Anímate a ser tu, un buen cristiano, anímate a llevar a Cristo a todos, anímate a ver a Cristo en los otros.
Procura pues a empezar con esta maravillosa vida, la verdadera, no la que las corrientes nos quieren imponer, abre los ojos y fíjate, Dios esta tan cerca solo hace falta que tu lo veas.
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