viernes, 2 de mayo de 2014

La Cuerda floja

Todos sabemos que estamos compuestos de alma y cuerpo, aunque algunos quieran negarse a esta realidad y por lo tanto se cierran a la gracia de la vida espiritual; pero como cristianos creemos firmemente que es necesario cuidar  nuestra alma, así como lo hacemos con nuestro cuerpo.
Podemos semejar la vida como una cuerda floja, pues muchas veces podeos ir tambaleando por la vida, he incluso algunas veces caer del lado del cuerpo o del lado del alma, aunque en la mayoría de casos siempre tendemos a caer del lado del cuerpo, pues muchas personas viven solo para su cuerpo, es decir: placeres, vicios, comodidades, ciertamente bien orientados y ordenados estos no son malos, pero en su contrario si, pues caemos en un endiosamiento de nuestro cuerpo, lo que crea un vicio que deforma nuestra conciencia y luego ya queremos incluso acudir a cirugías estéticas para exaltar nuestra figura, lógicamente para un vanidad enfermiza.
Por ello es necesario guardar el equilibrio en esta cuerda floja, do dejándonos vencer por ninguno de los dos lados, sino cuidar y alimentar ambos.
Las personas, por ejemplo,  cuidamos nuestro cuerpo, alimentándolo a su tiempo, cuidando que los alimentos sean saludable, haciendo ejercicio para que nuestro cuerpo este saludable, guardando siempre la higiene personal con duchas, perfumes cremas, etc. En fin procuramos siempre guardar impecable nuestra presentación y nuestra imagen, pero ¿hacemos lo mismo con nuestra alma? ¿Será que alimentamos también nuestra alma con el banquete de la oración y la Eucaristía?  ¿Será que  bañamos también nuestra alma para que no esté sucia, con el sacramento de la Confesión? Y ¿Sera que perfumamos también nuestra alma con los actos de caridad?
Es importantísimo cuidar este equilibrio, ir por la cuerda de la vida seguros con la ayuda de la fe y la razón; pues es nuestra vida, nosotros somos los que la vivimos, y aprovechando pues el regalo de Dios al darnos la fe para creer y la razón para obrar, es justo y necesario guardar el equilibrio de nuestra vida pues solo con este equilibrio se nos será más fácil alcanzar la salvación.

Anímate pues a llevar una vida equilibrada y así veras como tu vida será más segura y estable, cuida tus pasos en este vida y procura que sean seguros y firmes hacia la meta de la vida. 


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