¿Criticarme yo mismo?

Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué el mundo está como esta?

Y nos disponemos a criticar a todos, criticamos al que ofende, al que es irresponsable, criticamos también al borracho, al drogadicto, también a los adolescentes, a los ancianos, criticamos también a los papás, a los hijos, en fin criticamos todo y a todos.

Pero ¿alguna vez nos hemos criticado a nosotros mismos?

¿Criticarme yo mismo?

¡Si! Critícate a ti mismo, juzga tus propias acciones, examínate como persona. Ah ¡esto sí que es difícil!

Pues ahí está el cambio en el mundo, cambia tu primero, no esperes que los demás cambien antes que tú, no dejes que la crítica gobierne tu vida, no permitas que tu vida sea un simple criticar a los demás. Despierta a la realidad, esa realidad que es Cristo, y una vez despierto sigue sus pasos y cumple sus mandatos. “ámense los unos a los otros, como yo los he amado”

Ahora ves que la vida es AMAR, y si tu amas te aseguro que veras de diferente manera la vida, la veras como realmente es, buena, bonita, alegre, etc.

Esta vida que para muchos es dolorosa, triste, desanimada, absurda y vacía, tú la veras alegre, bonita, esperanzadora, pues tú la ves con amor, porque vives en el amor.

Ya en otros artículos he tratado el tema del amor cristiano, ese amor que es dar sin esperar nada a cambio, ese amor que es servir a los demás por el hecho de que son mis hermanos y mis semejantes, ese mismo amor que nos enseña Jesús con su vida.

Así pues procura ir mejorando diferentes aspectos en tu vida, hoy te propongo este, el no criticar a los demás, y veras como iras creciendo en tu vida espiritual, es decir cómo se mejora tu relación con Dios, lo que conlleva a recibir muchas más bendiciones y gracias en tu vida. 

San Juan Pablo II

Reconozco que ya  han pasado dos días desde la canonización, pero hoy he decidido contarles mi experiencia de haber visto al papa.

En su tercera visita a Guatemala del Santo Padre, yo apenas tenía 11 años, recuerdo que en mi parroquia se organizo la excursión a la capital para ir a presenciar tal acontecimiento.

Increíblemente mis papás me dieron permiso para ir pues ellos no podía acompañarme, fue una gran preparación, pues durante la vigilia, nos tocaba presentar unos actos por lo que con muchos días de anticipación ensayábamos en el estadio de Escuintla para poder ir a presentarlos a la capital durante la vigilia.

Se llego el día de ir y recuerdo que esa noche fue maravillosa, a pesar de la lluvia y el frio que hacia en el estadio, era un ambiente muy agradable, yo pues como un niño veía las cosas diferentes, pero a pesar de eso, lograba captar la maravilla de la iglesia, ver a miles de cristianos, reunidos en una gran fiesta por la elevación a los altares de un Santo, era  simplemente maravilloso.

Al día siguiente madrugamos para emprender la caminata hasta el hipódromo, donde seria la Santa Misa, recuerdo que por el cansancio nos quedamos dormidos bajo un puente por unos momentos, luego proseguimos con la marcha, era una gran fiesta, los grupos iban cantando, haciendo porras, se veían las alfombras por donde pasaría el Santo Padre, era realmente una manifestación de fe a lo grande.

Al llegar al hipódromo, aguardamos unos momentos hasta que por fin, se escucho un gran grito y logre captar, ¡ahí viene el papa! Salimos corriendo y logramos llegar a la orilla de donde pasaría el Santo Padre.

Ese día conocí por primera vez al Papa, vi primero un carro blanco, que luego supe que se llamaba el Papa Móvil, luego presencie a un hombre muy anciano, con el rostro cansado, vestido de blanco. Esa imagen nunca se borrara de mi mente, contemplar al vicario de Cristo en la tierra, tan cerca, ver a un hombre tan común, pero tan lleno del poder de Dios, contemplar la santidad que irradiaba el Santo Padre, era sin lugar a duda algo para darle gracias a Dios.

Luego de esto dio inicio la Santa Misa, ya no recuerdo mucho, solo recuerdo y guardo el eco aún de aquella maravillosa frase, DECLARAMOS SANTO AL HERMANO PEDRO, en ese momento mi cuerpo se enchino, sentí y contemple el poder de la iglesia en aquel hombre. Sin duda está experiencia me sirvió muchísimo para mi vida espiritual.

Y ahora saber que el Santo Padre es Santo, me llena de una gran alegría, pues ahora tengo una santo a quien yo conocí.   

¿Muerte? ¿Dónde está?

Con la resurrección de Cristo fue destruida la muerte.

Cuando hablamos de la resurrección de Cristo, estamos hablando de una fiesta, de una alegría y de una esperanza.

Hablamos así de la fiesta de la vida, pues estamos llamados a ser alegres, felices, con esperanza.

Todo esto proporciona la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, pues con su muerte y resurrección, fue destruida la muerte, esa muerte que nos alejaba de Dios, esa muerte oscura que fue provocada por el pecado de nuestros primeros padres, esa muerte que no dejaba a las almas justas gozar de Dios.

Pues bien con la resurrección de Cristo esto acabo, y ahora ciertamente morimos en la carne pero no en el espíritu, y por ello podemos gozar de Dios.

Por esta razón es que la Iglesia nos invita constantemente a no estar tristes, a no ser cristianos amargados, sino todo lo contrario, pues tenemos la dicha de ser hijos de aquel que nos ama tanto que dio la vida por nosotros.

Vive una vida buena, ser cristiano no significa ser aburridos, ser cristianos es ser alegres, llevar la alegría de la resurrección a todos, sin despreciar a nadie.

Procura pues que tu vida se valla encaminando a la alegría de Cristo y demuéstralo a todos con tus obras. 

Vivamos la Pascua de Cristo

     Muchas veces, los cristianos, ignoramos el verdadero significado de la pascua, y solo pensamos que es la resurrección de Cristo y ya, algo así tan simple y sencillo. 

     Ciertamente la pascua es la resurrección de Cristo de entre los muertos, pero no es algo así simple y fácil. 

     La resurrección de nuestro Señor Jesucristo, nos debe mover a una plena conversión, es necesario que nos demos cuenta que nosotros debemos resucitar a una vida nueva, a una vida más humana, más cristiana, a una vida más amorosa. 

     La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, nos debe mover a ser mejores personas. Ya la cuaresma nos preparo para este gran momento, ahora pues es el momento de vivirlo, es el momento de practicar lo que adquirimos en la cuaresma. 

     No permitamos que este año, la pascua pase y nosotros sigamos iguales, debemos cambiar algo, aunque sea un aspecto pequeño, pero debemos dejarnos moldear por el Espíritu de Dios. 

     Procuremos pues que esta pascua sea una inspiración para ser mejores cristianos cada día.

  

Madre de dolores

Estaba la Madre dolorosa al pie de la cruz.

Contemplar a María Santísima, tan llena de dolor, sufriendo grandes dolores por la muerte del Señor, es realmente una invitación a todos nosotros para reflexionar sobre nuestra vida.

Cristo padeció y murió por nosotros y durante este suplicio María Santísima estuvo siempre con él. 

Ella como buena Madre, siente y padece lo que le hacían a su amado hijo.

Ella al pie de la cruz,  no le importó que posiblemente corría riesgo,  ella estaba ahí, incluso más valiente que los santos apóstoles.

En éste viernes de dolores,  en que recordamos el sufrimiento de nuestra Santa Madre, pidámosle a Dios que nunca nos falte el auxilio maternal de María Santísima. 

Recordar a Nuestra Señora al pie de la cruz, nos hace también recordar el gran regalo de Nuestro Señor.  Pues ahí en la cruz fue donde Jesús nos la dio como Madre.

Dejemos en las manos de María Santísima,  pues ella como buena madre, nos cuidará y nos llevará seguros hasta Dios.

Somos únicos

Cada persona es única.

Cuando Dios nos da el ser, nos hace de tal forma que no hay nadie igual a otro, pueden haber parecidos, pero nada más simples características que nos hacen semejantes.

Cada persona es única,  especial, importante y sobre todo in irrepetible.

Dios nos ama como somos, nos valora, nos comprende, pero sobretodo nos perdona.

Entonces,  teniendo en cuenta esto, ¿cómo me valoro yo?
¿Cómo valoro a los demás?

Si cada persona es única ante Dios,  como vivimos este gran don.

Es importante que valoremos a los demás, tiene que reinar el amor, la comprensión, la fraternidad, la caridad, entre otras muchas virtudes que tenemos que practicar, primero con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

La clave de una vida plena y verdaderamente humana,  es esta.

Vivir con esto presente,  nos moverá a ser mejores personas cada día.

Anímate pues a practicar esto.  Y verás cómo va tornándose de una mejor manera tu forma de vivir. 

A las puertas de la Semana Santa

Estamos ya a las puertas de la Semana Santa, a unos pasos para iniciar con la semana en la que conmemoramos la Pasión, Muerte y Gloriosa resurrección de nuestro Señor Jesucristo. 

En esta semana procura esforzarte más para pulir los últimos detalles que faltan en tu conversión. No dejes que pase la cuaresma sin dejarte un cambio en tu vida.

En esta semana ofrece al Señor todos tus dolores, ya sean  corporales o espirituales, ofrécele al Señor todos tus sufrimientos, todos tus problemas.

Intenta que en esta semana tus angustias, problemas y dolores, se unan a los de Cristo, intenta hacer el esfuerzo de aceptar tus penas y dolores con alegría, con fe, con esperanza. Así como Cristo los soporto.

Pídele a Dios en esta semana que te de la gracia sobrenatural de afrontar todos tus problemas con alegría. No porque seamos masoquistas, sino porque esa es la clave de la vida Cristiana: sufrir como Cristo.

Anímate pues a experimentar la alegría del dolor encaminado a la pasión de Cristo.

Busca siempre a María Santísima que ella como buena madre no te abandonara nunca.

Amor y mas amor

El amor debe reinar en nuestras vidas, es decir Dios.

Dios que es el amor, debe estar en el centro de nuestro actuar, pues si El reina en nuestras vidas, hasta los desprecios los recibiremos con alegria, pues hay paz y amor en nosotros.

Actuar con amor es pues dar a los demas, sin importar como lo reciban,  si te hacen una mala cara, te hacen un desprecio,  te insultan, o si eres hijo tus papás te regañan, tu debes siempre responder de la mejor manera, con cariño,  con amor.
Es qué si no ¿dónde está lo extraordinario?

Procura pues vivir en el amor, dando y transmitiendo el amor de Dios a los demas.
Empieza en tu casa, con los tuyos, luego con los de afuera, hasta llegar con los que menos quieres.

Ama a todos como Dios nos ama a todos.

Vivir como es

Cuando Dios pensó en la humanidad, lo hizo  pensando con amor.

Dios nos ama tanto que a pesar de cuantas veces lo ofendemos siempre nos perdona y nos ayuda a ganar nuevamente la gracias.

Entonces si somos producto del amor de Dios, 

¿no debemos nosotros amar como él?

Vivir como verdaderos humanos es ser como Cristo. 

Él es el modelo del hombre perfecto.  Imitando a Cristo encontraremos la plenitud de la vida.

Vivir como Cristo significa amar hasta morir.  Dar amor a todos.  

No importa quien sea. No importa como te traten. Ama hasta que duela.

Ese dolor por el amor es lo mejor.

Anímate a ser como Cristo,  vivir como Cristo y amar como Cristo. 

 

La amistad

En el evangelio de hoy domingo de la V semana de cuaresma, vemos como Cristo llora por la muerte de su amigo Lázaro. 

 

Esto nos mueve a pensar en que importante es tener amigos.

La amistad de otras personas nos ayuda a crecer como personas.

Pero lo mas importante es que la amistad de otras personas nos debe mover a una fraternidad llena del amor de Dios.

La amistad no nos debe llevar a cosas malas,  esa no es amistad.

La amistad nos debe mover a realizar cosas buenas, nos debe mover a buenos actos.

Procura pues buscar amistades que te ayuden a ser buena persona.

Sábado dedicado a Nuestra Madre Santisia

Cada sábado, la Iglesia conmemora a nuestra Santísima Madre, La Virgen María. 

como cristianos en medio del mundo, es necesario tomarnos de la mano protectora de nuestra Señora. 

muchos dicen que para que buscar a María Santísima, si es mejor ir directamente con Dios. 

Ciertamente Dios en su infinita misericordia nos ayudara, pero que mejor que estar ayudados por la madre de Dios. 

Ademas, Jesucristo nos la dejo como Madre. 

Ella como buena Madre nunca nos abandona, siempre nos cuida, y sobre todo nos lleva a Dios. 

Busquemos pues la protección materna de Nuestra Señora y experimentaras el amor de una madre que esta siempre contigo.

Con la cruz a cuestas

En cierta ocasión alguien decía que la vida era dura y cruel,  que incluso no valía la pena vivir. 

Muchas veces queremos dejar por un lado nuestros problemas, haciéndonos los desentendidos y evadiendolos.

Nuestra vida ciertamente tiene muchos problemas y dificultades. Pero es de cristianos soportarlos y sobre todo encausarlos a la pasión de Cristo. 

¡Caminar con una cruz a cuestas es vivir!  Y algunos dirán: ¡masoquistas!

Pero no es así, sino que vivir soportando una cruz a cuestas nos prepara y nos dispone para la vida eterna.

Imitamos a cristo, Él cargó con su cruz, murió en ella y resucito.

Igual nosotros entonces, para morir al pecado debemos cargar con nuestra cruz y es que si no cargamos nuestra cruz, no podremos morir al pecado, por lo tanto no podremos resucitar a la vida nueva (la eterna)

Busca siempre cargar con tu cruz con alegría,  pues gracias a ella podrás imitar a Cristo y gozar a Sí de la vida eterna. 

La Eucaristía

Cada Jueves debe ser para nosotros una alegría apasionante, pues es el día en que podemos visitar a nuestro Señor Jesucristo expuesto en el altar, bajo la forma de Pan consagrado. 

La Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida, pues es el sacramento del amor. 

a Cristo no le basto morir por nosotros, sino que quiso quedarse sacramento en la Eucaristía ara estar todos los días con nosotros, hasta el fin de los tiempos. 

busca a Jesús en la Eucaristía y pídele que aumente tu fe. 

Católicos de a verdad

Ser católicos siempre y en todo lugar, ser católicos no es solo ir a misa los domingos,  ser católicos no es solo tener imágenes.

Ser católicos es un estilo de vida, no cualquier estilo de vida,  sino el verdadero estilo de vida.

Somos el pueblo escogido por Dios, desde Abraham Dios se nos ha ido manifestando. 

Ser católicos es ¡vivir como realmente se debe vivir!

Un católico no es ¡un hombre sin sentido!

Un católico no se puede dejar llevar por ideas liberales, tontas y absurdas que lo alejan de Dios.

El católico tiene un ejemplo a seguir, un ideal,  una meta. 

Un católico no puede andar por ahí perdiendo el tiempo,  pasando el rato.

Un católico debe trabajar duro, se debe esforzar por dar un buen ejemplo, se debe caracterizar por su forma de vida.

El católico no es alguien amargado, gruñón, solitario,  altanero, soberbio. 

El católico es alguien alegre, colaborador, servicial,  dispuesto a ser una luz en medio del mundo.

Anímate a ser un católico de a de veras y procura imitar a Cristo siempre y en todo lugar.

Imitando al Maestro 2da parte

En esta segunda parte  sobre la reflexión del Santo Evangelio del Domingo 4to de cuaresma, veremos el otro aspecto que Cristo resalta.

La segunda reflexión es no emitir juicios sin fundamento.

Cuando los discípulos vieron al ciego le preguntaron                 «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?»

Como vemos rápidamente emiten un juicio sin tener un fundamente, pues a ellos no les constaba que es estuviese así  a causa de un pecado, a lo que Cristo responde,                                «Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios. »

Bien ¿qué nos deja esta reflexión?

Muchas veces nosotros emitimos juicios erróneos, difamando a alguien, criticando, chismorreando, y no nos ponemos a pensar en la gravedad de nuestras palabras, muchas veces somos capaces de incluso destruir hogares a causa de una habladuría, botamos la reputación de alguien por un comentario, en fin somos tan crueles con nuestro prójimo que no nos importan las consecuencias.

Cristo nos invita a amarnos. No podemos decir cosas que no son ciertas de alguien, pues como seria eso que decimos amar a Dios y nos odiamos entre nosotros mismos, seria una gran incoherencia ¡verdad! Pues bien ahora que estamos en tiempo de reconciliación, de abstinencia, en busca de una conversión, procuremos ir mejorando estos malos aspectos que manchan nuestra alma.

Empieza cambiando cosas pequeñas en tu vida y fortalécete con la oración, aliméntate con la Eucaristía y veras como poco a poco iras mejorando y saliendo del pecado a la gracia.

Dios en su infinita misericordia nos perdona nuestra culpa, pero no es justo que no pongamos nada de nuestra parte. 

Esmérate por ser un buen cristiano, busca la gracia de Dios a cada momento, arriésgate a ser una luz en medio de tanta oscuridad.

Procura que esta cuaresma no pase sin dejar un cambio en ti.

Anímate a ser un buen cristiano.