La ilusión de ser estrechamente uno con Cristo nos mueve al amor.
La
ilusión de convivir plenamente con el amor de los amores, precisamente aumenta
a cada día para aquellos que deseamos ser Sacerdotes, ministro del Señor.
Más que
buscar un puesto social o como algunos piensan por ahí "salir de
pobre" en realidad les digo pobre de ellos. Pues el deseo de estar con
Jesucristo, de servirle, de Amarle, es lo que nos mueve a dejarlo todo para
seguirlo.
Y es
que ese dejarlo todo en realidad es abandonarse en la manos de Cristo y si
vemos con claridad, no perdemos nada, si no que ganamos mucho, lo ganamos a
Él.
En
cierta ocasión le hacia la pregunta a un amigo Sacerdote.
¿Qué
sentís? a lo que respondió con toda la naturalidad del mundo: me siento tan
indigno, saber que en mi están los poderes de Cristo, el saber que las personas
ven a Cristo en mi persona, el saber que por medio de mis manos pecadoras
ocurre el milagro mas grande del amor, (la Eucaristía), sentirme tan pequeño ante
la grandeza de Cristo, saber que Él perdona los pecados por medio de mi.
Todo
esto me hizo pensar en muchísimas cosas, primero en que nadie es digno de tan
gran misterio, segundo de que a pesar de nuestra pequeñez Cristo nos escoge
para ser suyos, plenamente suyos. Y tercero que Cristo se nos da por completo y
que esta presente en medio del mundo bajo la figura de sus sacerdotes.
Gracias
a esa respuesta de mi buen amigo, me he ilusionado aun mas por esta vocación, a
la que gracias a mi director espiritual he consolidado y a la cual estoy
completamente seguro de ella.
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