El evangelio de este jueves 28 de julio, (Mt 13,47-53) nos plantea el tema del reino de los cielos; visto desde una perspectiva soteriológica, en la que los buenos serán apartados de los malos.
La comparación que Jesús hace está dirigida al tema de la pesca, como en comparación de la pesca de los discípulos «y los haré pescadores de hombres» (cfr. Mt 4,19). Asi entonces al final de los tiempos, como en la pescase, se reunirán los buenos en cestos y los malos los tiran. Haciendo alusión al castigo esterno de los malos.
Pero ¿Quiénes son esos malos? ¡Podríamos ser nosotros!
Por supuesto que si, si no vivíamos y asimilamos verdaderamente el Evangelio en nuestras vidas, haciendo siempre y en todo lugar la voluntad de Dios.
El ser buenos radica en la vivencia de la caridad, cumpliendo con la ley de los Cristianos: «amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a tí mismo». (Cfr. Mt 22, 37—39)
Entonces hermanos, a esto nos debe mover la lectura de hoy. No hacer las cosas por miedo, porque asi no sirven, si no por amor. Que el amor de Dios nos mueva, nos impulse y nos sostenga, para hacer siempre y en todo momento la voluntad de Dios.
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