miércoles, 14 de enero de 2015

¿Qué es el hombre para que te fijes en él?

Contemplando el evangelio de hoy (lo puedes leer aquí) meditaba sobre el gran amor que Dios nos tiene.

Es maravilloso darse cuenta que el Señor esta siempre ahí esperándonos y que muchas veces sale él a nuestro encuentro. 

Es el caso de la suegra de Pedro, que se encontraba enferma, Cristo es llevado hasta ella y tomándola de la mano la incorporo de nuevo y en seguida ella se puso a servir. 

Quisiera resaltar tres partes de este evangelio: 

La primera: Jesús iba con Santiago y Juan; vemos en esta parte del evangelio la intercesión de otros, esto es muy importante, pues nuestro compromiso como bautizados es ayudar a los demás, interceder por ellos; con nuestras oraciones, con pequeños gestos de caridad, entre otros muchos que propician una hermandad fraterna entre nosotros. 

La segunda: El gran amor de Cristo hacia nosotros, puesto que viene hasta nuestro lecho de enfermo para ayudarnos. Esta es una parte maravillosa, pues Él, EL SEÑOR, nos busca, nos ama, y nos transforma, y como es que muchas veces nosotros nos negamos a este amor de Dos; nos negamos cuando pretendemos llevar una vida floja y acomodada, nos negamos cuando ofendemos a nuestros hermanos, nos negamos también cuando solo pensamos en nosotros mismos y no vemos las necesidades de los demás. Es importante darnos cuenta de esto. Abrir los ojos y ver el gran amor del Señor, que se acerca para ayudarnos.

La tercera: Nuestra respuesta después de ese encuentro con el Señor. “Luego que fue sanada inmediatamente se puso a servir”, ¿Será que nosotros hacemos lo mismo?, ¿será que tú y yo nos ponemos a servir luego de que el Señor nos ha sacado del abismo en el que estábamos? Muchas veces no es así. ¡Esto no puede ser así queridos hermanos!, no podemos hablar de un cambio sin que conlleve a una acción, no podemos decir que fuimos curados por Cristo sin notarse un cambio en nuestro actuar que conlleva al servicio. Y es que sin servicio, simplemente no servimos, estamos vacíos, somos unos muertos vivientes. Porque precisamente el servicio es la consecuencia del amor. El que ama se pone a servir. Y sin amor no vivimos. 

Es maravilloso darse cuenta de estas tres realidades que el evangelio nos marcaban, pero también quiero resaltar la obra de Cristo, su labor pastoral incansable, pues el evangelio nos narra brevemente que el día seguí largo para el Señor, pues por la tarde le trajeron muchos enfermos y posesos, para que ÉL los liberara. 

Es maravilloso ver que Jesucristo como nuestro hermano mayor, nos da el ejemplo de servicio, para que nosotros le imitemos. 

Procuremos pues imitar a Cristo. Que esa sea nuestra lucha diría, no nos cansemos de esto, sigamos en la lucha, no te canses. 

Pido sus oraciones.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario