martes, 13 de enero de 2015

El poder de Cristo sobre el mal

En el evangelio de hoy (puedes leerlo aquí) me llamaba la atención algo muy particular: es el poder de Jesucristo sobre el demonio, puesto que con su sola presencia, los espíritus que poseían a aquel hombre, se sentían abrumados hasta el punto de reclamar con mucha molestia por la presencia de Jesús.

Es maravilloso darse cuenta que cuando nos sentimos tentados por el mal e incluso asechados por este, la gracia de Cristo alejara de nosotros todo aquello que nos abruma y que nos molesta. 

Queridos hermanos es importante darnos cuenta que el mal anda siempre tras nosotros, pues su propósito es alejarnos de Dios, 1Pe 5,8-9. Y es que el verdadero problema de nuestra actualidad es que las personas, incluso clérigos, ¡no creen en el demonio! Que triste es esto, porque si no creemos en el mal, caemos en un relativismo que poco a poco nos va consumiendo hasta caer en el punto de ya no necesitar de Dios.

Por ello el evangelio de hoy nos presenta esta escena de aquel poseso; para darnos a entender del poder de Cristo sobre el mal, pero también para darnos a entender de que el mal esta, existe y que nos asecha, pero que si nos tomamos de la mano de Dios, si vivimos con coherencia, si somos buenos hijos e hijas de Dios, el mal se alejara de nosotros y alcanzaremos la santidad.

No te canses de buscar a Dios, no desfallezcas, orare Semper et non deficere, orara siempre sin desfallecer. 

Sigamos pues en esta lucha cristiana contra el mal, con la confianza puesta en aquel que todo lo puede y que es Jesucristo el Señor

Me encomiendo a sus oraciones.



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