domingo, 3 de abril de 2016

Domingo de la Divina Misericordia

Hoy celebramos el día de la Divina Misericordia, este segundo domingo de Pascua, es un día muy especial. En primer lugar, porque celebramos la Misericordia de Dios para con nosotros. El evangelio de hoy (ver lecturas acá) nos habla precisamente del tema de la Fe.

La fe es el don más precioso que Dios ha dado a los humanos, el creer en Él, nos hace ser verdaderamente personas, seres humanos, nos da sentido a nuestra existencia. Pero muchas veces somos como Tomas (Apóstol) que si no vemos no creemos. «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» (Juan 20: 25) necesitamos ver y tocar. Pero Jesús nos invita a Creer en él, a estar firmes en la fe y a perseverar: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.».

La Misericordia de Dios nos inunda, nos envuelve, nos protege. Dios está presente siempre puesto que nos ama infinitamente. Muchas veces sentimos que no podemos más. Pero Realmente Dios está ahí, porque es Él el Padre Bueno. el papá que no nos desampara, su amor es incondicional. Lo importante de todo esto es que Él Nos ama hasta el extremo de darnos a su hijo para que nos redimiera.

En este año de la misericordia. Debemos vivir como hijos de la misericordia, amándonos entre nosotros, siendo misericordiosos como Dios es misericordioso. Pero sobretodo en este año de la misericordia, debemos dejarnos amar por Dios, debemos experimentar con mayor fuerza la misericordia de Dios. Porque muchas veces no nos dejamos perdonar por Dios, que como buen padre nos espera con los brazos abiertos. (Cf. Lucas 15:20)


Vivamos pues este día y este año de la Misericordia dejándonos amar por Dios y que ese amor nos mueva a amarnos los unos a los otros sirviendo los demás, siendo verdaderos cristianos hijos de Dios. 


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